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Número 7 |
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Marzo de 2001
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durante todo este tiempo?
La verdad es que nosotros mismos no sabemos qué responder a esta pregunta. Ciertamente nos da vergüenza reconocer que hemos estado todo este tiempo sin dar golpe. ¿Qué quieren que les digamos?
La última vez que publicamos, como Sección Sindical en esta Universidad, lo hicimos con el número 6 de El Eco Universitario. Lo sacamos a la luz allá por el mes de Junio de 1999. Y ha pasado tiempo.
Después de 6 números, que suponen para nosotros un auténtico récord (porque no pensábamos hacer tantos, la verdad sea dicha), nos dormimos en los laureles y contagiándonos de la apatía general que nos rodeaba desaparecimos del mapa sin pena ni gloria.
No obstante, excusas para justificar nuestra dejadez tenemos un saco lleno, pero creemos que lo más sensato es que nos dejemos de tonterías y seamos honestos: llevamos todo este tiempo sin hacer nada. Pero así y todo, vamos a enumerar una serie de problemas que han afectado al funcionamiento normal del sindicato (aunque ustedes no nos lo hayan pedido). La única persona que nos ha pedido explicaciones de nuestro pasotismo es nuestro delegado sindical (al que todavía, por cierto, no le hemos contestado, pero mejor que no lo hagamos porque nos saldría una explicación escandalosa).
Pasamos sin más a las explicaciones. De la Comisión Permanente que la Sección Sindical eligió el 30 de Abril de 1998, para que realizara su labor sindical en esta Universidad de nuestros amores, sólo se mantienen en su puesto Cándido Román, al frente del Personal Docente e Investigador y como Delegado Sindical continúa Juan Manuel Domínguez Acosta, incorporándose nuevas caras, como la de Cristina Caballero.
Este hecho nos ha supuesto estar sin liberados sindicales durante bastante tiempo y continuamos con esas dos vacantes todavía. Esto hace que nuestro trabajo sindical sea realizado en precario. Y por lo que sabemos (y no sabemos) seguiremos así indefinidamente. Esta situación que ya dura bastante tiempo y el cómo se desenvuelven las cuestiones sindicales en esta Universidad nos parece, desde nuestra particular óptica, un espectáculo circense de risa (por no decir de llanto). Nos sospechamos que no será éste el único día que tratemos este tema (al espectáculo circense nos referimos). Y eso que padecimos una huelga universitaria porque no nos querían financiar nuestro Convenio Colectivo.
Con estas condiciones y escenario en los que se desarrolla nuestra labor sindical, nosotros preferiríamos irnos a comer carne cochino por los distintos lugares que la geografía insular nos brinda, aunque ciertamente no lo hemos hecho. Por ello nos decidimos a bajarnos de la cama (aunque sea a trompicones) para ponernos en pie y decirles que ya estamos de nuevo aquí, sentados en las escalinatas de este circo que es la Universidad y riéndonos con el espectáculo que nos dan nuestros sindicalistas...