|
Número 6 |
|
Junio de 1999
|
La muerte de Ramón Rubial Cavia, acaecida el pasado 24 de mayo dejó al socialismo sin un histórico dirigente, que defendió con honestidad las convicciones e ideas políticas que tenía, cerrando con ello uno de los capítulos más importantes de la historia del País Vasco y de España.
Ramón Rubial nació el 28 de octubre de 1906 en Erandio (Vizcaya), hijo de una planchadora y de un obrero metalúrgico y con 14 años comenzó a trabajar de tornero, afiliándose a la UGT en 1920, dos años después ingresó en el partido socialista.
Fue detenido por primera vez en 1930 por la Guardia Civil mientras repartía propaganda revolucionaria, aunque no fue procesado, y en 1934 ingresó por primera vez en prisión por su participación en la huelga de Octubre, estando encarcelado hasta 1936 en que la victoria del Frente Nacional supuso su liberación gracias a una amnistía.
Durante la Guerra Civil se incorporó a las filas de los milicianos republicanos, siendo hecho prisionero en 1937 y condenado a muerte en un consejo de guerra, aunque la sentencia fue sustituida por otra de 30 años de cárcel, aunque en la práctica estuvo casi 20 años, hasta 1956. Una vez en libertad, se empleó en reorganizar el partido, siendo elegido en 1960 presidente del mismo en la clandestinidad hasta 1986 en el que renovó el cargo que mantuvo hasta su muerte.