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UNIVERSITARIO |
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Nº 6 |
Junio de 1999
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Principiando enero, comenzaron a verse garrotes
airados y navajas abiertas al grito de ¡Viva el pueblo!. El descontento
había madurado. Fue justamente entonces cuando se arrojó
un día, por orden de Sansón, un piquete de guardias a caballo
contra unos amotinados. Las mujeres recogieron los muertos atracados de
plomo y la triste ciudad guardó un enconado silencio, un luto rencoroso
contra aquel Sansón que los mandaba matar como a conejos.
De ¡Viva el pueblo! de Germán Sánchez Espeso (1984). |
Dedicado a todos/as los muertos de la guerra de Kosovo y a los de esas otras guerras injustas, promovidas hipócritamente en nombre de la PAZ y la DEMOCRACIA, porque el gran perdedor de todas estas situaciones políticas siempre es el PUEBLO...