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Número 5
EL ECO UNIVERSITARIO
Marzo de 1999

REIRNOS PARA QUE EL ENTERRADOR PUEDA COBRAR SU PLUS DE PELIGROSIDAD PROMETIDO

    Vivimos unas épocas jodidas; jodidas en todos los sentidos. Y es que cuando miramos a nuestro alrededor (sea en nuestro trabajo, sea en la calle) nos encontramos con un panorama desolador, por más que nos intenten convencer de que todo va bien, de que el euro es la panacea a nuestros problemas, de que se va a crear más empleo y bla, bla, bla ...

    Pero, ¿qué podemos hacer, si vivimos días de mal humor y nuestro pesimismo parece de ultratumba? La culpa, por supuesto, no es nuestra. La existencia ya de por sí no es muy complaciente con nosotras y nosotros: de nuestras vidas no hablemos por respeto a la intimidad; de nuestros trabajos... en fin, cada uno y una sabe en sus distintos puestos de trabajo, de promesas laborales incumplidas. Y encima ese maldito convenio que no se aprueba.

    La única solución radica ahora mismo en oponernos alegremente al mal tiempo que nos rodea, aunque sea aparentemente, para que el enterrador pueda cobrar ese ansiado plus de peligrosidad, por quitarnos esa sonrisa de cadáver...


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