La historia
Garzón continuó con una querella presentada
contra Pinochet y otros militares hace ya tiempo2 por las asociaciones
de desaparecidos en los que se acusa de la desaparición de unas
200 personas durante el Operativo Cóndor. Los abogados de la acusación
particular han conseguido presentar una lista de más de 4.000 personas
asesinadas o desaparecidas. Aunque no hay cifras fiables, aparte de los
asesinados o desaparecidos, decenas de miles fueron torturados o encarcelados.
Las reacciones
La derecha española, para no ser menos que sus colega la chilena, también se ha puesto en contra, poniendo el grito en el cielo. El gobierno español ha explicado en múltiples ocasiones a los gobiernos de Argentina y Chile que el Ejecutivo no apoya las actuaciones de los jueces en estos casos. Por ello mismo, el fiscal Fungairiño se ha negado a ello. No obstante, como medida precautoria, el Gobierno siempre manifiesta que respeta las decisiones de la justicia.
Por el otro lado, la izquierda está exultante por la detención ya que es la primera oportunidad para que se haga justicia. «En Chile siempre nos la han negado porque el Gobierno protege a Pinochet», afirmó la chilena Nicole Drovilly (El País, 18-10-1998).
También la Agrupación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos de Chile tomó con satisfacción la noticia, ya que «se rompe el círculo de la impunidad». Esta Agrupación de familiares opinaba que «es tanta la impunidad que Pinochet tiene en Chile, que pensó que podía salir sin problemas».
Y razón tiene la Agrupación, ya que
durante el Gobierno de Pinochet aprobaron en 1978 una ley de amnistía.
Y a partir de esa fecha, la ley de preferencia de la justicia castrense
sobre la ordinaria en todos aquellos casos en los que estén implicados
oficiales de las Fuerzas Armadas. Esto es, claro, una salvaguarda de la
integridad de todos los militares.
También Pilar Cernuda en su artículo «Pinochetazo»
(Diario de Avisos, 21-10-1998) se congratula de la detención del
inductor de miles de asesinatos, torturas y desapariciones.
El debate sobre la inmunidad
Pese a las protestas de Santiago, su pasaporte diplomático
no le provee de inmunidad ante la policía británica. Durante
todo este tiempo, Londres ha estado a la espera de que el Gobierno español
pida formalmente su extradición. Legalmente el Gobierno español
tiene 40 días para formalizar su solicitud. El argumento esgrimido
por los defensores de Pinochet es el de inmunidad diplomática, pero
ese pasaporte diplomático puede valerle la inmunidad a un diplomático
chileno en Londres, pero no a otro que venga de fuera, nos cuenta Manuel
Leguineche en el «Caso Pinochet» Diario de Avisos, 20-10-1998).
¿Habrá juicio o se suicidará antes?
Parece muy poco probable que haya juicio. En unas
declaraciones de Nicole Valenzuela, de 18 años e hija de chilenos,
decía: «Yo no conocí las persecuciones ni
las torturas, pero he vivido toda mi vida con las marcas y pesadillas de
mis padres». Y concluía (y nosotros con ella): «esto
es un juego. Está tan viejo que no le van a hacer nada. Lo soltarán»
(El País, 18-10-1998).
Este debate social que se presenta con la detención de Pinochet
devuelve a la actualidad los horrores ocurridos en Chile hace un cuarto
de siglo, que se cumplieron el pasado septiembre. Son ya 25 años
de impunidad, que sólo se ha roto porque el general quiso ser operado
fuera de su país, y porque un juez inició el proceso.
Pinochet confesó, con motivo del aniversario del golpe militar, que volvería a hacer lo de 1973. Un personaje como Pinochet, que sigue dando pruebas continuas de su absoluta falta de arrepentimiento, revela así cuál es su talante: el de un auténtico y genuino fascista que no escatima medios para hacer desaparecer a todos los subversivos de la tierra.
Lo que posiblemente evite que este caso llegue a las últimas consecuencias son los intereses de la derecha política y económica que siempre ha condenado a los dictadores comunistas, pero que ha observado una posición de compresión y justificación con las dictaduras militares de carácter fascista, por muchos crímenes que hubiera cometido. Y, como dice Justo Fernández Rodríguez en su artículo «Dictador en apuros», «ahí comienza los problemas del Gobierno español, porque desde un planteamiento económico, los banqueros y empresarios con fuertes inversiones en América Latina, presionan para que sus intereses no se vean perjudicados». (Diario de Avisos, 25-10-1998).
No sabemos hasta dónde llegará el caso Pinochet, pero de lo que no cabe duda es de que va más allá de amnistías prefabricadas y de olvidos oficiales, y es que el dolor y la impotencia por tanta injusticia todavía está a flor de piel.
Y como sospechamos que no habrá juicio ni
justicia, nos gustaría a nosotros y a muchos de los chilenos torturados
por Pinochet y sus secuaces (aceptando los consejos de Benedetti de que
«un
torturador no se redime suicidándose, pero algo es algo»),
que siguiera los pasos de ese torturador...
PUNTO DE VISTA (Sobre Pinochet)
Fue Pinocho el general
el muñeco de madera
el general de carrera
ambicioso y criminal.
Pero el pueblo chileno
prepara las condiciones
para que llegue la hora
de estrenar los paredones.
Fue Pinocho y otros tres
y cada uno obediente
a la mano dirigente
que ya sabemos quien es.
Pero el pueblo chileno
prepara las condiciones
para que llegue la hora
de estrenar los paredones.
No fue solo la reacción
ni fue el odio por sí mismo
allí está el imperialismo
con su garra y su ambición.
Pero el pueblo chileno
prepara las condiciones
para que llegue la hora
de estrenar los paredones.
Ay, gorila muñecón
manilargo y rabimocho
mezcla de mono y Pinocho
especialista en traición.
Pero el pueblo chileno
prepara las condiciones
para que llegue la hora
de estrenar los paredones.
Ay, Pinocho Pinochet
experto en la hipocresía
testaferro de la CIA,
de la CIA y HP.
Pero el pueblo chileno
prepara las condiciones
para que llegue la hora
de estrenar los paredones.
Carlos Puebla