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    En esta segunda entrega se hace una somera valoración del proceso seguido en la negociación sobre la homologación salarial del Personal Docente e Investigador. Este repaso a la situación corre a cargo de los compañeros Cándido Román y Plácido Bazo.

    Ha llegado el momento de hacer una valoración del proceso negociador que ha centrado la atención y los esfuerzos de las organizaciones sindicales y de los representantes del profesorado de las dos Universidades canarias, desde aquella fecha ya lejana de 1995 hasta hoy. Parece ser que hemos sido aceptados como interlocutores sociales legítimos por parte de la Consejería de Educación, lo que a lo largo de todos estos días ha causado un efecto positivo en el movimiento sindical, una mayor cohesión entre los sindicatos universitarios que ha permitido presentar propuestas comunes, consensuadas, y lo que es más importante, presentarnos ante la opinión pública y, sobre todo ante nuestros compañeros (as) como una sola voz frente a la Consejería de Educación. Aunque el proceso reivindicativo ha sido y es diferente en cada una de las dos universidades canarias.

    Estamos avanzando, lento pero sin salirnos de la dirección tomada, hacia la consecución del objetivo prioritario que ésta central sindical ha tenido, y sigue siendo que es la consecución de la homologación salarial plena con el resto de los empleados públicos de la Administración Autonómica.

    La posición de FETE-UGT en este ya largo conflicto, - varias huelgas, reuniones, desmentidos, informaciones erróneas, intentos de intoxicar a la opinión pública, propuestas y contrapuestas, etc.- ha sido desde un principio la equiparación salarial del profesorado universitario. Para conseguir dicho objetivo había que armarse con ciertas dosis de flexibilidad y adaptabilidad a los obstáculos que bien mediante informes jurídicos muchos de ellos claramente contradictorios, o por falta de voluntad política por parte de los responsables de la política educativa autonómica, hacia imposible avanzar en el logro de nuestros fines Si algo ha caracterizado a los representantes de FETE-UGT de la Universidad de La Laguna en todo el proceso de gestación de las reivindicaciones dirigidas a los responsables de la DGUI, ha sido la paciencia. Espera que ha servido para construir una alternativa sólida, crítica y bien fundamentada. No podíamos cerrar puertas, no podíamos tomar posiciones radicalizadas porque sabíamos que nuestra reivindicación en representación de los profesores de la Universidad de La Laguna estaba cargada de razones. Razones, confirmadas por el reciente reconocimiento por parte de la Consejería de la existencia de una injusticia retributiva y discriminación salarial que tiene para la comunidad universitaria nefastas consecuencias.

    En primer lugar, porque los bajos salarios provoca una fuga de excelentes valores, y, en consecuencia, estamos hablando de capital humano que se transfiere, en determinadas áreas de conocimiento a otros sectores laborales en el ámbito de la empresa privada. En segundo lugar, porque en estas circunstancias resulta cada vez más difícil para el profesorado universitario canario asumir la función de vanguardia intelectual, social, cultural y científica que la sociedad le demanda. Y, en tercer lugar, cercena la posibilidad de que se formen profesionales que puedan, competir en un mercado de trabajo tan exigente como el de la Unión Europea.

    En el presente mes de mayo los contactos de las organizaciones sindicales con la DGUI, podrían calificarse de relativamente fructíferos. Hemos acercado posiciones, aunque quedan varios flecos que cerrar. La FETE-UGT se mantendrá firme en su posicionamiento, no cediendo de ninguna de las maneras en aquellos criterios que puedan conculcar lo que considera legítima reivindicación de los trabajadores de la enseñanza superior canaria: la obtención de unos salarios dignos que estén en consonancia con la exigencias que tanto desde el punto de vista docente, como investigador se nos demanda